La agricultura tiene «un futuro radiante» por la necesidad de alimentar una población mundial creciente
El Financiero en línea
París, 26 de febrero.- La agricultura tiene «un futuro radiante» por la necesidad de alimentar una población mundial creciente y más exigente en términos de productos, pero los fenómenos de relatividad de sus mercados, que ha sido muy acusada en los dos últimos años, va a continuar.
Estas son algunas de las principales conclusiones de la conferencia de ministros de Agricultura de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) finalizada hoy después de doce años en que no se había logrado organizar una reunión así por las fuertes diferencias entre los países miembros.
Los ministros y representantes de los treinta países miembros y de una decena de invitados encargaron a la OCDE que le ofrezca datos comparativos y análisis para poder abordar la regulación de los mercados agrícolas con vistas a tratar de yugular una volatilidad de precios que, según reconocieron, no va a desaparecer.
El ministro austríaco de Agricultura, Nikolaus Berlakovich, que ejercía de copresidente del encuentro junto con su colega neozelandés, David Carter, admitió que no sólo la volatilidad «ha sido extrema» en los últimos años, sino que «sin duda va a continuar en el futuro».
«No queremos que haya una especulación desenfrenada» y el mercado de futuros podría ayudar a contenerla, subrayó en la conferencia de prensa final Berlakovich, que indicó que se ha encomendado a la organización un análisis en profundidad de la situación.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, consideró que si los fundamentos del mercado agrícola son sólidos, si se alientan los intercambios internacionales sin cortapisas y sin la interposición de barreras intempestivas como en los últimos años «el nivel de especulación será menor».
En esa línea, Carter dijo que los responsables de Agricultura presentes en París habían coincidido en «la importancia de la transparencia (de los mercados) para combatir la volatilidad».
Preguntado por el debate dentro de la UE después de que 22 de sus 27 estados miembros hayan pedido una mayor regulación de la agricultura, el ministro austríaco eludió trasponer la polémica a la OCDE, y puso el acento en que todos los países europeos defienden una mayor transparencia de los precios para que los agricultores no sean víctimas de la distribución.
En su comunicado, los participantes en esta conferencia -la primera desde 1998 que reunía a los titulares de Agricultura de la OCDE- insistieron en que el primer imperativo para el sector es «garantizar sobre una base sostenible una oferta de alimentos sanos y nutritivos en cantidad suficiente para una población mundial creciente».
La OCDE, que calcula que la demanda global de alimentos aumentará en torno al 50% en los dos próximos decenios, prevé que los precios de esos productos en los próximos diez años -y al margen de los altibajos causados por la volatilidad- se van a encarecer entre un 10% y un 50% en términos reales, con las consecuencias que eso tendrá para los países más pobres. (Con información de EFE/MCH)